3era parte *Entre las cuatro paredes* 

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¿Qué rayos está sucediendo, señorita? -no respondo- No has salido en días.

No toleraba las preguntas estúpidas de mi madre. Ya estaba cansada de que me lo preguntara y... Escuché una voz, una voz que me susurraba -¡Mátala si vuelve a preguntar! Ella no es tu madre, asesinó a la verdadera... -y lo repetía-

-Aléjate, no preguntes más, falsa. -Me voy a una esquina sin mirarla-

-Dime ¿Qué pasa?

En ese momento todas mis energías cobraron vida y le doy una cachetada fuerte, suspiro y la observo con odio, la agarro del cabello rubio y la miro muy de cerca.

-Ya me tienes cansada ¿sabias?

No me responde y la jalo hacia la pared haciéndola lastimarse en la cabeza. No tomo control y prosigo sin arrepentimiento alguno.

-Pues sí, ya me tienes cansada, eres una infeliz asesina, te voy a matar, te voy a matar, te voy a matar...

 

2da parte *Entre las cuatro paredes*
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Desasosiego, eso sentía, no era por mi edad, era por eso que me aprisionaba cada vez que salía. No pasaba 5 minutos fuera de allí y ya me estaba irritando. No se el por que, no se cuando va a parar, talvez es porque aún estoy muy reciente aca. Eso esperaba pero no. Todo se volvía negro al salir. Llegué al punto en que algo me decía que no atravesara esa puerta o me iba a ir muy mal pero lo terminé haciendo pues no me quedaba de otra.
Pocos días pasaron y ya estaba delirando. Estaba frente al espejo, mi peor enemigo, mi doble, yo. -Que asco. ¿Acaso crees saber todo?...
Lo terminé tapando con una sábana y comenzé a hablarle. ¿Hablarle a un espejo? Ya ni sabía que estaba haciendo. Tenía ojeras, estaba hambrienta, desesperada pero sin poder salir. 

 

*Entre las cuatro paredes*
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Los días fueron transcurriendo normalmente para esa adolescente a la que podemos llamar normal y sencilla. Todo era perfecto en su nueva casa a distinción de su dormitorio. Fue en el momento de esa primera pisada para acceder a él la que la mantuvo estática por varios segundos. Ya todo estaba organizado, ella pensaba que era demasiado escalofriante para su gusto pero como ya su hermano menor había escojido y no quería formar una disputa pues lo aceptó razonando que muy pronto se iba a adaptar. Esa pequeña historia comenzó ese día, sí, ese primer día en su nueva casa, en su nueva recámara, en su nueva y problemática vida.

 

Si quieres llegar lejos, llegar a la cima depende de tí mismo llegar pues eres tú quien decide si seguir o parar.

 

Mantén a las personas cercanas fuera de tu vida (dañinas) y a las personas lejanas con mucho amor, aveces es buena la opción.